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miércoles, 6 de febrero de 2013

Por qué siento ansiedad? Qué puedo hacer para controlarla?




Por qué siento ansiedad?  Qué puedo hacer para controlarla?


Hay algunos momentos que mi cuerpo tiene una reacción ante situaciones que –pienso o supongo- no puedo controlar. Mi corazón late más aprisa, hay sudoración, sobre todo en las manos, me siento nervios@, no duermo bien, aprieto las mandíbulas, tenso la espalda, mi atención puede ser errática, hago muchas cosas a la vez, surgen preocupaciones excesivas y constantes,pensamientos recurrentes,como demasiado o simplemente dejo de comer,estoy más sensible,hasta estoy de mal humor y lo peor, es que en esos momentos no se que hacer.


La ansiedad, es una respuesta adaptativa del cuerpo que surge ante la necesidad de obtener algo que nos hace falta, como comida,  o por el temor de perder un bien que es muy apreciado como la tranquilidad  o la casa o  por una respuesta repentina a una situación que consideramos peligrosa a nuestra integridad física como un choque automovilístico
Puede haber varios factores que  nos estén alterando como el estrés, los problemas de la vida cotidiana o cuando pasamos por situaciones muy difíciles. Nos sentimos entonces en una situación que consideramos difícil de sobrellevar y hasta nos sentimos amenazados.
La ansiedad puede ayudarnos en algunas ocasiones como motor para resolver algunas situaciones ya que de manera normal el cuerpo se prepara para afrontar la situación con un estado de alerta acentuado, mayor energía, etc. La ansiedad es una forma de reaccionar, que nos permite adaptarnos y mejorar nuestra actuación cuando tenemos momentos difíciles.Generalmente la ansiedad desaparece una vez que también ha desaparecido la causa que la produjo, como la sensación  que  se produce ante  las expectativas cuando entramos a un nuevo trabajo, una vez que nos adaptamos, desaparece la ansiedad.  Sin un mínimo de activación energética, no podríamos reaccionar, por ejemplo a una situación de frenado rápido para impedir chocar.
Pero cuando la situación se alarga en el tiempo y nuestra reacción es exagerada, con grandes expectativas que no se cumplen, entonces nos causa sufrimiento tanto físico como emocional, ya que el cuerpo vive en un estado alterado, tenso y  cuando se continúa y  aumenta puede estar acompañada de alteraciones del humor y tendencias a producir pensamientos negativos  relacionados con el problema o situación  transportándonos al  futuro y visualizando todas las cosas que nos pueden llegar a pasar. Exageramos los problemas, nos preocupamos en exceso desde antes que ocurran, esperando lo peor.
Y entre mas pensamientos negativos generamos,  más ansiedad sentimos  y hasta puede  llevarnos a la pérdida del control sobre uno mismo, ya que desde antes de que ocurra, ya nos sentiremos ansiosos y tensos. Como cuando debemos una tarjeta de crédito y no la podemos pagar de momento, surgen ideas negativas de que nos van a embargar, que perderemos todo, etc. y esto es como un círculo vicioso pues a mas pensamientos negativos, mas ansiedad producimos.
Cuando estamos ansiosos no somos productivos y  no rendimos en el trabajo o en los estudios ya que no tomaremos las mejores decisiones, hay menos concentración, olvidamos  con facilidad y nos sentimos confundidos, y para colmos  tendemos a arruinar nuestras relaciones interpersonales.
En algunas ocasiones para reducir la ansiedad podemos recurrir a escapes falsos como: comer, fumar, beber, trabajar, etc., de momento esto lo alivia, pero solo llevará a complicar las cosas pues lo que hacen es aumentar la ansiedad.
Otro escape es el tratar de evitar las situaciones que nos producen ansiedad, hacer como si no existieran,  aunque puede de momento funcionar,  a largo plazo las cosas pueden empeorar, ya que lo podemos convertir en un hábito perjudicial. Cuanto más se evita hacer frente a una situación desagradable, más fuerte se hace ésta situación  y más débil nos encontraremos ante ella lo que nos lleva a ir perdiendo confianza en nosotros mismos. Así, los problemas no sólo no disminuyen, sino que van en aumento.
 Además una vez que la ansiedad aparece, procuramos siempre tenerla y que no desaparezca aunque lo que la causó en un principio ya no exista, ya que adquirimos el hábito de estar siempre preocupados, esperando dificultades de todo y nuestro cuerpo ya se habitúa a estar tenso.
La ansiedad que  estamos tratando en este artículo, consiste en una reacción adaptativa pero si continúa por demasiado tiempo, mas de 6 meses  por ejemplo, puede llegar a desencadenarse como una enfermedad, ya que va progresando y tendemos a tener menos control. No se puede saber quién es más propenso a sufrir ansiedad, pero debemos tener en cuenta que lo que para uno  puede ser normal, para otra persona puede provocarle ansiedad debido a sus vivencias y miedos (en este caso estariamos hablando de un trastorno de ansiedad que debe ser tratado por profesionales y posiblemente medicado)
Entonces ¿qué podemos hacer?
La ansiedad la consideramos una reacción normal que nos ayuda a adaptarnos, así que la finalidad no es eliminarla, sino aprender a controlarla y reducirla para que solo nos ayude a impulsarnos en situaciones difíciles.
Hay varias maneras que podemos trabajar nosotros mismos para así disminuir la ansiedad y poder manejar mejor nuestras situaciones


.1. Tómate tu tiempo para emprender las tareas cotidianas. Muchas de las personas ansiosas se mueven continuamente de un lugar a otro, comen sin sentarse a la mesa, hacen dos o tres cosas a la misma vez. El problema de asumir el día con este estilo apresurado estriba en que nuestro cerebro se está retroalimentando constantemente de las señales que le envía nuestro cuerpo; de esta forma, la agitación psicomotora a la cual nos sometemos, le indica al cerebro que estamos apresurados y ansiosos, lo cual hace que el mismo responda aumentando los niveles de ansiedad. Cuando enfrentamos el día con ansiedad y prisas, estamos creando un círculo vicioso que genera más ansiedad. Por ello el primer paso para combatir la ansiedad se centra en disminuir nuestro ritmo cotidiano.


2. Controla los movimientos repetitivos propios de la ansiedad. Cuando nos sentimos ansiosos tendemos a jugar nerviosamente con los objetos que están a nuestro alrededor, movemos incesantemente el pie, caminamos de un lado al otro… Estas conductas son percibidas por nuestro cerebro y sólo contribuyen a aumentar la ansiedad. Por ello, es importante estar atentos a la aparición de las mismas y aprender a controlarlas de manera consciente. De esta forma me atrevería a decir que se puede reducir la ansiedad en un 20%.

3. No dejes tareas pendientes. Una de las cosas que aumenta nuestro estado de ansiedad es saber que tenemos tareas pendientes. En muchas ocasiones simplemente postergamos las tareas porque no tenemos ganas de enfrentarlas pero al final resulta que éstas se van acumulando y se convierten en una fuente innecesaria de tensión. Cuando enfrentas las tareas en la misma medida en que éstas se te van presentando, estaremos eliminando de nuestra vida una fuente ansiógena.

4. Aprende a decir “no”. En muchas ocasiones la ansiedad aparece porque no sabemos decir “no” y terminamos llenándonos de tareas que no nos permiten disfrutar ni siquiera de una hora libre al día. La persona con tendencia a la ansiedad debe aprender a jerarquizar, determinar cuáles son las tareas más importantes y cuáles, definitivamente, no merecen la pena el esfuerzo. Debemos recordar que las relaciones interpersonales y ayudar a los amigos es importante de la misma forma que es ideal ser un trabajador eficiente, pero para lograr esto necesitamos de la salud psicológica.

5. Reserva una hora diaria para dedicarla a las actividades que más te gusten. Con mucha frecuencia las personas ansiosas no se dedican tiempo a sí mismas y esto les genera cierta frustración ya que la inmensa mayoría de las actividades cotidianas que realizan no son de su agrado. Cuando realizamos una tarea que realmente nos gusta nuestro cerebro libera sustancias que no sólo nos hacen sentir bien sino que también nos relajan.


6. Cambia tu forma de pensar. En muchas ocasiones la persona ansiosa también es muy rígida en sus ideas, es perfeccionista y se preocupa demasiado por los acontecimientos venideros. Lo cierto es que usualmente la preocupación por lo que vendrá genera una gran cantidad de ansiedad y desasosiego, temores que finalmente no tienen ningún fundamento. Para controlar la ansiedad no basta con regular los movimientos del cuerpo o con emprender las tareas de una forma más pausada; es importante lograr un cambio interior donde aceptemos que la vida es cambiante y que podemos errar pero lo importante es el camino, no la meta.

7. Aprende técnicas de relajación o apúntate a ejercicios de Yoga o Tai Chi. En ciertas ocasiones las estrategias anteriormente descritas no bastan para combatir la ansiedad porque ésta se ha instaurado muy profundamente en nuestra personalidad, entonces podemos conjugarlas con la práctica de ejercicios físicos como el Yoga o el Tai Chi, que benefician a nuestro organismo y a la misma vez nos permiten reencontrar la paz interior o por técnicas como la relajación muscular progresiva o la respiración diafragmática.


Finalmente, recuerda que para combatir la ansiedad es vital que descubras cuáles son los agentes estresantes y que aprendas a dominar las situaciones que te generan tensión.

Si necesitas ayuda escribe al siguiente correo Psicoachmadrid@gmail.com

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