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lunes, 11 de febrero de 2013

El sentimiento de culpa,por qué me persigue?





A lo largo de la vida, las dos emociones más inútiles son la culpabilidad por lo que se ha hecho y la preocupación por lo que se podría hacer. Son los grandes despilfarros: la preocupación y la culpabilidad; la culpabilidad y preocupación. Al examinar estas dos zonas erróneas, te irás dando cuenta de lo conectadas que están; en realidad pueden ser vistas como los extremos opuestos de la misma zona.


X________________Presente ____________XCulpabilidad (Pasado)                                         (Futuro) Preocupación


Ahí lo tienes. La culpabilidad quiere decir que despilfarras tus momentos presentes al estar

inmovilizado a causa de un comportamiento pasado, mientras que la preocupación es el mecanismo que te mantiene inmovilizado ahora por algo que está en el futuro y que a menudo es algo sobre lo que no tienes ningún control. Podrás ver esto con claridad si tratas de pensar en ti mismo como sintiéndote culpable de algo que aún no ha sucedido.Aunque una respuesta está dirigida al futuro y la otra al pasado, ambas sirven el mismo propósito inútil de mantenerte inquieto o inmóvil en tu momento presente. Robert Jones Burdette escribió en su obra Golden Day (El día dorado):

No es la experiencia del día de hoy lo que vuelve locos a los hombres. Es el remordimiento por algo que sucedió ayer, y el miedo a lo que nos pueda traer el mañana.

     Es fácil ver ejemplos de culpabilidad y preocupación en todas partes, prácticamente en todas las personas que encontramos a nuestro paso. El mundo está poblado por personas que se sienten pésimamente por algo que no deberían haber hecho o asustados y consternados por cosas que pueden llegar a pasar. Y probablemente tú no eres una excepción. Si tienes zonas extensas de culpa y preocupación, hay que exterminarlas, limpiarlas y esterilizarlas para siempre. Sácate de encima esas pequeñas "c" y "p," que infestan tantos sectores de tu vida.


LOS ORÍGENES DE LA CULPABILIDAD 

Son dos las formas básicas que toma la culpabilidad para convertirse en parte integrante del mecanismo emotivo de un individuo. La primera es la culpabilidad aprendida a muy temprana edad que queda como un residuo infantil en la personalidad adulta. La segunda es la culpabilidad que ha sido autoimpuesta por un adulto después de infringir un código al que se suscribe.   

 1. Culpa residual:
  Esta culpa es la reacción emocional que la gente Lleva consigo desde sus memorias infantiles. Estos productores de culpa son numerosos y si funcionan en el caso de los niños, la gente mayor sigue cargando con ellos en su edad adulta. Algunos de estos residuos implican amonestaciones como las siguientes: 

  "Papá no te va a querer si haces eso otra vez." "Deberías sentirte avergonzado por lo que has 
hecho.," (Como si eso te fuera a ayudar.) 
  "Bueno, muy bien, a fin de cuentas, yo sólo soy tu madre."
   
 A la persona adulta las implicaciones subyacentes en este tipo de frases pueden seguir con vigencia 
cuando desagrada a su jefe o a otras personas que sirven como imágenes paternales y maternales.

  El intento persistente de lograr el apoyo de estas figuras está presente y en consecuencia, lo mismo 
sucede con la culpa cuando los esfuerzos fracasan.
     La culpa residual también aflora en el sexo y en el matrimonio. Es fácil verlo en los múltiplesremordimientos y en las excusas por comportamientos pasados. Estas reacciones de culpa se producenporque en la infancia el niño aprende a ser manipulado por los adultos y estas mismas reaccionespueden seguir funcionando en el hombre que ha dejado de ser niño para convertirse en adulto

   2. Culpa autoimpuesta:

Esta segunda categoría de reacción culpable cubre una zona mucho más molesta. Aquí el individuo se siente inmovilizado por cosas que ha hecho recientemente pero que no tienen necesariamente que estar conectadas con algo que pasó en su infancia. Es la culpabilidad impuesta por sí mismo cuando se infringe una norma adulta o un código moral adulto. El individuo puede sentirse mal durante mucho tiempo aunque el dolor nada puede hacer para cambiar lo que ha sucedido. Entre las culpas autoimpuestas más típicas está la de haber reñido con alguien y luego detestarse por haberlo hecho; o el sentirse emocionalmente nulo debido a algo que se ha hecho como haberse ido sin pagar en un negocio, no haber asistido a la iglesia, o haber dicho algo indebido.     De este modo, puedes considerar la culpa como una reacción a residuos de normas que te fueron impuestas y por las que aún estás tratando de complacer a alguna ausente figura de autoridad, o como resultado de tus esfuerzos por vivir a la altura de normas autoimpuestas que realmente no te convencen, pero sientes que debes contemporizar con ellas. En ambos casos, se trata de un comportamiento estúpido y lo que es más importante, inútil. Puedes seguir lamentándote hasta el fin de tus días, pensando en lo malo que has sido, y lo culpable que te sientes, y ni la más pequeña tajada de culpa podrá hacer algo para rectificar ese comportamiento. Se acabó tu culpabilidad es una tentativa de cambiar la historia, de desear que las cosas no fueran como son. Pero la historia es así y tú no puedes hacer nada al respecto.La culpabilidad y sus consecuencias La culpa, carente de una razón objetiva que lo justifique, crea un sentimiento de inferioridad, inhabilitando y desautorizando a la persona a la hora de mantener cualquier tipo de criterio.


Síntomas de la culpa

Todos los sentimientos negativos acostumbran a estar asociados a una sintomatología concreta. En algunos casos, los que se corresponden con hechos identificables, dichos sentimientos son pasajeros y desaparecen con el tiempo. La culpabilidad interiorizada y no resuelta también tiene sus propios síntomas, que podríamos diferenciar en físicos, emocionales internos y emocionales externos

  • Físicos: dolores de estómago, de cabeza o de espalda, opresión en el pecho.
  • Emocionales internos: autoacusaciones, depresión, autorreproches, resentimiento, paralización, desvalorización.
  • Emocionales externos: ansiedad, nerviosismo, vergüenza, desasosiego, agresividad, victimismo.

LAS RETRIBUCIONES PSICOLÓGICAS DE LA ELECCIÓN DE LA CULPABILIDAD


   He aquí las razones más básicas para escoger el desperdiciar tu presente sintiéndote culpable por cosas que hiciste o dejaste de hacer en el pasado.



- Si absorbes tus momentos presentes sintiéndote culpable por algo que ya sucedió, no tendrás que emplear tu momento actual en actividades eficientes y provechosas. Simplemente, como muchoscomportamientos autofrustrantes, la culpa es una técnica de evasión que sirve para impedir que trabajes por ti mismo y en ti mismo en el momento presente. Así trasladas tu responsabilidad por lo que eres o no eres ahora a lo que eras o dejabas de ser en el pasado.


- Al trasladar tu responsabilidad hacia atrás, no sólo evitas el trabajo pesado que significa cambiarte a ti mismo ahora, sino también los riesgos que acompañan dicho cambio. Es más fácil inmovilizarse con sentimientos de culpa por los sucesos del pasado que emprender la senda llena de riesgos que lleva a crecer y desarrollarse en el presente.

- Existe la tendencia a creer que si te sientes lo suficientemente culpable, a la larga quedarás
exonerado de tu mal comportamiento. Esta retribución de perdón es la base de la mentalidad carcelaria que describimos arriba, por lo cual el preso paga sus pecados sintiéndose terriblemente mal durante un largo período de tiempo. Cuando más grande haya sido el delito, más largo será el período que se necesite para lograr el perdón.

- La culpabilidad puede ser el medio de volver a la seguridad de la niñez; un período cómodo en el que otros tomaban las decisiones en tu nombre y se ocupaban de ti. En vez de hacerte cargo de ti mismo en el presente, confías en los valores de los otros en tu pasado. Y una vez más la retribución radica en sentirse protegido del peligro de hacerte cargo de tu propia vida.

- La culpa es una manera muy útil de transferir la responsabilidad de tu comportamiento hacia los demás. Es fácil enfurecerse con los demás por la manera en que te manipulan, y trasladar el enfoque de la culpa de ti mismo hacia esas otras personas terribles que son tan poderosas que pueden hacerte sentir lo que quieran, incluso culpable.

- A menudo puedes ganarte la aprobación de la gente, incluso cuando está de acuerdo con tu
conducta, simplemente sintiendo culpa por ese comportamiento. Puedes haber hecho algo que transgreda las normas establecidas, pero al sentirte culpable estás demostrando que sabes muy bien cómo debes comportarte y que estás haciendo lo posible por adaptarte.

- La culpa es una espléndida manera de ganarse la compasión de la gente. Y no importa si el deseo de compasión demuestra claramente que tienes una pobre idea de ti mismo. En este caso prefieres que los demás sientan pena por ti en vez de amarte y respetarte a ti mismo. Ahí tienes los dividendos más notorios que podrás lograr si te aferras a la culpa. La culpa, como
todas las emociones autoanulantes, es una elección, algo que puedes controlar. Si no te gusta y prefieres deshacerte de ella para quedarte completamente "libre de culpa" he aquí algunas estrategias que te servirán para borrar por completo el pizarrón de tu culpa.

 Pasos a seguir para mejorar: 

Sentirse culpable limita hasta extremos que, en ocasiones, rozan la patología. Quien arrastra este sentimiento de culpabilidad parecerá culpable a los ojos de los demás aunque no lo sea, ya que su actitud ante cualquier acusación, y más si esta es grave, es muy distinta a la que sería de esperar de alguien inocente. La ausencia de una correcta autovaloración, junto a la incapacidad asertiva necesaria para afrontar esas situaciones del modo más apropiado, puede inducir a la persona a creerse realmente que merece lo que le está ocurriendo.


En general, la culpa va de la mano de una baja autoestima, dejando al individuo en un estado donde el miedo al abandono y al rechazo está siempre presente. Al no considerarse merecedor del amor termina por encerrarse cada vez más en sí mismo, culpabilizándose y buscando una liberación imposible a través de un perpetuo autorreproche, que no hace sino que aumentar la sensación de culpa y desvalorización.


La culpa también puede adquirir tintes más expansivos, buscando una pseudorredención en un diálogo –más bien un monólogo– en que el interlocutor de turno acaba agotado y el “culpable” se siente aliviado tras su representación de víctima de todo, de todos y de sí mismo. Habría que distinguir dos grandes grupos en cuanto a la gestión, y aún mejor, a la focalización de este sentimiento de culpa interiorizado. Mientras un primer grupo se siente culpable de todo cuanto sucede a su alrededor, otro grupo –más reducido– tiende a culpabilizar a los demás y al mundo en general de todos sus males y, de alguna manera, a desentenderse de la responsabilidad de sus propios actos.


- Identificar el motivo de la culpa. Reflexiona acerca de este sentimiento, a qué se debe y cómo te hace sentir

- Propio o ajeno. Piensa si este sentimiento de culpa se trata de algo que dependió de ti, o si por el contrario, se trato de una situación ajena
- Ajena. Si se trata de una situación que estaba fuera de tu alcance, debes tratar de concentrarte en ello. En este caso, el sentimiento de culpa no resolverá la situación, simplemente porque no depende de ti. No puedes hacerte cargo de circunstancias que no te corresponden
- Propio. Piensa en cuál fue la situación que te generó este sentimiento de culpa. Luego piensa en posibles soluciones. Si bien la situación no se puede revertir, puedes hablar con quien corresponda, o tener una actitud compensatoria para resarcir lo que ocurrió.
- Aprende de los errores. A través de la experiencia aprendemos a superarnos. Muchas veces, debemos seguir adelante a pesar de lo que suceda. Sin embargo, no te sientas culpable de todos los errores que cometas.

- Habla con tus seres queridos. Es necesario que te descargues, que cuentes como te sientes. Las personas que están por fuera de la situación suelen darnos una perspectiva diferente que nos permite posicionarnos desde otro lugar


"Conocer el pasado es una forma de liberarse de él porque sólo la verdad permite asentir o repudiar con total lucidez"                                                                                
                                                                                               R
aymond Aron

miércoles, 6 de febrero de 2013

Por qué siento ansiedad? Qué puedo hacer para controlarla?




Por qué siento ansiedad?  Qué puedo hacer para controlarla?


Hay algunos momentos que mi cuerpo tiene una reacción ante situaciones que –pienso o supongo- no puedo controlar. Mi corazón late más aprisa, hay sudoración, sobre todo en las manos, me siento nervios@, no duermo bien, aprieto las mandíbulas, tenso la espalda, mi atención puede ser errática, hago muchas cosas a la vez, surgen preocupaciones excesivas y constantes,pensamientos recurrentes,como demasiado o simplemente dejo de comer,estoy más sensible,hasta estoy de mal humor y lo peor, es que en esos momentos no se que hacer.


La ansiedad, es una respuesta adaptativa del cuerpo que surge ante la necesidad de obtener algo que nos hace falta, como comida,  o por el temor de perder un bien que es muy apreciado como la tranquilidad  o la casa o  por una respuesta repentina a una situación que consideramos peligrosa a nuestra integridad física como un choque automovilístico
Puede haber varios factores que  nos estén alterando como el estrés, los problemas de la vida cotidiana o cuando pasamos por situaciones muy difíciles. Nos sentimos entonces en una situación que consideramos difícil de sobrellevar y hasta nos sentimos amenazados.
La ansiedad puede ayudarnos en algunas ocasiones como motor para resolver algunas situaciones ya que de manera normal el cuerpo se prepara para afrontar la situación con un estado de alerta acentuado, mayor energía, etc. La ansiedad es una forma de reaccionar, que nos permite adaptarnos y mejorar nuestra actuación cuando tenemos momentos difíciles.Generalmente la ansiedad desaparece una vez que también ha desaparecido la causa que la produjo, como la sensación  que  se produce ante  las expectativas cuando entramos a un nuevo trabajo, una vez que nos adaptamos, desaparece la ansiedad.  Sin un mínimo de activación energética, no podríamos reaccionar, por ejemplo a una situación de frenado rápido para impedir chocar.
Pero cuando la situación se alarga en el tiempo y nuestra reacción es exagerada, con grandes expectativas que no se cumplen, entonces nos causa sufrimiento tanto físico como emocional, ya que el cuerpo vive en un estado alterado, tenso y  cuando se continúa y  aumenta puede estar acompañada de alteraciones del humor y tendencias a producir pensamientos negativos  relacionados con el problema o situación  transportándonos al  futuro y visualizando todas las cosas que nos pueden llegar a pasar. Exageramos los problemas, nos preocupamos en exceso desde antes que ocurran, esperando lo peor.
Y entre mas pensamientos negativos generamos,  más ansiedad sentimos  y hasta puede  llevarnos a la pérdida del control sobre uno mismo, ya que desde antes de que ocurra, ya nos sentiremos ansiosos y tensos. Como cuando debemos una tarjeta de crédito y no la podemos pagar de momento, surgen ideas negativas de que nos van a embargar, que perderemos todo, etc. y esto es como un círculo vicioso pues a mas pensamientos negativos, mas ansiedad producimos.
Cuando estamos ansiosos no somos productivos y  no rendimos en el trabajo o en los estudios ya que no tomaremos las mejores decisiones, hay menos concentración, olvidamos  con facilidad y nos sentimos confundidos, y para colmos  tendemos a arruinar nuestras relaciones interpersonales.
En algunas ocasiones para reducir la ansiedad podemos recurrir a escapes falsos como: comer, fumar, beber, trabajar, etc., de momento esto lo alivia, pero solo llevará a complicar las cosas pues lo que hacen es aumentar la ansiedad.
Otro escape es el tratar de evitar las situaciones que nos producen ansiedad, hacer como si no existieran,  aunque puede de momento funcionar,  a largo plazo las cosas pueden empeorar, ya que lo podemos convertir en un hábito perjudicial. Cuanto más se evita hacer frente a una situación desagradable, más fuerte se hace ésta situación  y más débil nos encontraremos ante ella lo que nos lleva a ir perdiendo confianza en nosotros mismos. Así, los problemas no sólo no disminuyen, sino que van en aumento.
 Además una vez que la ansiedad aparece, procuramos siempre tenerla y que no desaparezca aunque lo que la causó en un principio ya no exista, ya que adquirimos el hábito de estar siempre preocupados, esperando dificultades de todo y nuestro cuerpo ya se habitúa a estar tenso.
La ansiedad que  estamos tratando en este artículo, consiste en una reacción adaptativa pero si continúa por demasiado tiempo, mas de 6 meses  por ejemplo, puede llegar a desencadenarse como una enfermedad, ya que va progresando y tendemos a tener menos control. No se puede saber quién es más propenso a sufrir ansiedad, pero debemos tener en cuenta que lo que para uno  puede ser normal, para otra persona puede provocarle ansiedad debido a sus vivencias y miedos (en este caso estariamos hablando de un trastorno de ansiedad que debe ser tratado por profesionales y posiblemente medicado)
Entonces ¿qué podemos hacer?
La ansiedad la consideramos una reacción normal que nos ayuda a adaptarnos, así que la finalidad no es eliminarla, sino aprender a controlarla y reducirla para que solo nos ayude a impulsarnos en situaciones difíciles.
Hay varias maneras que podemos trabajar nosotros mismos para así disminuir la ansiedad y poder manejar mejor nuestras situaciones


.1. Tómate tu tiempo para emprender las tareas cotidianas. Muchas de las personas ansiosas se mueven continuamente de un lugar a otro, comen sin sentarse a la mesa, hacen dos o tres cosas a la misma vez. El problema de asumir el día con este estilo apresurado estriba en que nuestro cerebro se está retroalimentando constantemente de las señales que le envía nuestro cuerpo; de esta forma, la agitación psicomotora a la cual nos sometemos, le indica al cerebro que estamos apresurados y ansiosos, lo cual hace que el mismo responda aumentando los niveles de ansiedad. Cuando enfrentamos el día con ansiedad y prisas, estamos creando un círculo vicioso que genera más ansiedad. Por ello el primer paso para combatir la ansiedad se centra en disminuir nuestro ritmo cotidiano.


2. Controla los movimientos repetitivos propios de la ansiedad. Cuando nos sentimos ansiosos tendemos a jugar nerviosamente con los objetos que están a nuestro alrededor, movemos incesantemente el pie, caminamos de un lado al otro… Estas conductas son percibidas por nuestro cerebro y sólo contribuyen a aumentar la ansiedad. Por ello, es importante estar atentos a la aparición de las mismas y aprender a controlarlas de manera consciente. De esta forma me atrevería a decir que se puede reducir la ansiedad en un 20%.

3. No dejes tareas pendientes. Una de las cosas que aumenta nuestro estado de ansiedad es saber que tenemos tareas pendientes. En muchas ocasiones simplemente postergamos las tareas porque no tenemos ganas de enfrentarlas pero al final resulta que éstas se van acumulando y se convierten en una fuente innecesaria de tensión. Cuando enfrentas las tareas en la misma medida en que éstas se te van presentando, estaremos eliminando de nuestra vida una fuente ansiógena.

4. Aprende a decir “no”. En muchas ocasiones la ansiedad aparece porque no sabemos decir “no” y terminamos llenándonos de tareas que no nos permiten disfrutar ni siquiera de una hora libre al día. La persona con tendencia a la ansiedad debe aprender a jerarquizar, determinar cuáles son las tareas más importantes y cuáles, definitivamente, no merecen la pena el esfuerzo. Debemos recordar que las relaciones interpersonales y ayudar a los amigos es importante de la misma forma que es ideal ser un trabajador eficiente, pero para lograr esto necesitamos de la salud psicológica.

5. Reserva una hora diaria para dedicarla a las actividades que más te gusten. Con mucha frecuencia las personas ansiosas no se dedican tiempo a sí mismas y esto les genera cierta frustración ya que la inmensa mayoría de las actividades cotidianas que realizan no son de su agrado. Cuando realizamos una tarea que realmente nos gusta nuestro cerebro libera sustancias que no sólo nos hacen sentir bien sino que también nos relajan.


6. Cambia tu forma de pensar. En muchas ocasiones la persona ansiosa también es muy rígida en sus ideas, es perfeccionista y se preocupa demasiado por los acontecimientos venideros. Lo cierto es que usualmente la preocupación por lo que vendrá genera una gran cantidad de ansiedad y desasosiego, temores que finalmente no tienen ningún fundamento. Para controlar la ansiedad no basta con regular los movimientos del cuerpo o con emprender las tareas de una forma más pausada; es importante lograr un cambio interior donde aceptemos que la vida es cambiante y que podemos errar pero lo importante es el camino, no la meta.

7. Aprende técnicas de relajación o apúntate a ejercicios de Yoga o Tai Chi. En ciertas ocasiones las estrategias anteriormente descritas no bastan para combatir la ansiedad porque ésta se ha instaurado muy profundamente en nuestra personalidad, entonces podemos conjugarlas con la práctica de ejercicios físicos como el Yoga o el Tai Chi, que benefician a nuestro organismo y a la misma vez nos permiten reencontrar la paz interior o por técnicas como la relajación muscular progresiva o la respiración diafragmática.


Finalmente, recuerda que para combatir la ansiedad es vital que descubras cuáles son los agentes estresantes y que aprendas a dominar las situaciones que te generan tensión.

Si necesitas ayuda escribe al siguiente correo Psicoachmadrid@gmail.com

martes, 5 de febrero de 2013

EL ARTE DE DECIR ADIÓS




Qué sabemos acerca del duelo que hacemos al romper una relación? tenemos herramientas emocionales para manejar la ruptura? podremos reponernos de las heridas infringidas,el perdón que jamás se pidió y lo más importante,volveremos a confiar a pesar de las cicatrices? leamos 

Terminar con una relación no es sencillo, ni fácil, ni placentero, menos lo es que te terminen, sin embargo lo hacemos mas difícil con nuestros pensamientos obsesivos y repetitivos, en donde nos centramos en vernos como los culpables e inservibles.

Nos quitamos todo valor o sentimiento de satisfacción personal, porque alguien decidió que ya no somos su ideal de pareja, vivimos buscando mentalmente la respuesta a lo que siento, por lo tanto negándolo.

Buscamos hacer una tesis que mantenga mi cabeza consciente como si con eso no doliera, evitamos dolernos, llorar, sentir.

Amigos y familiares contribuyen en eso, comentarios como, ¡no le vayas a llorar no se lo merece! ¡no te preocupes, búscate otr@! ¡tu tranquil@ si vuelve l@ ignoras! ¡no te sientas mal, llegara un@ mejor! ¡ Nada de tristezas, eso déjalo para cuando me muera! Etc, etc, etc.

Y aunque no refuto ninguno de los comentarios todo a su tiempo, quien que debe  ser consciente que ya esa persona no te conviene eres tú, quien debe sentirse list@ para otra persona eres tú.

Pero los sentimientos de desvaloración, juicios, sentimientos de culpa en cada pensamiento sobreviven, lo mejor es vivir el duelo, que como la palabra ya deja claro no es sino dolerse, porque claro que duele callar la voz que gritaba te quiero y te amo sustituyéndola por no me quiso, no pudimos, ¿que nos falto?, tirar el ideal de la vida juntos, de las próximas vacaciones, romper los proyectos, quitar del vocabulario nosotros y ahora solo decir yo.

 Cuando es justo en ese momento cuando mas difícil resulta decir YO, porque el “yo” se siente herido, dolido, no querido, devaluado, pero lee con atención es valido no ser el agua que calme la sed, eso no te hace mal@, tampoco fe@, menos no querido es solamente que para EL O ELLA, pero solo para esa persona tu no eres la persona adecuada.

Siente la emoción, no la niegues, el mismo sentimiento te dará la respuesta que buscas cuando según tu piensas, pues lo que buscas inconscientemente es la paz, la tranquilidad, pero no dejes a la mente lo que es del corazón, deja que sea el dolor el que te sane OJO el dolor no el sufrimiento, porque el dolor no se puede evitar existe pese a nuestra voluntad, el sufrimiento es la elección porque estamos dando y dando vueltas al asunto, lastimándonos haciendo uso de nuestra consciencia, con la música que nos dedicó, releyendo cada carta, viendo cada foto, espiando con el amigo si es feliz.

En esta parte digo ¿amor? Cuando el amor es eso amor, aun con el duelo, con la pena y la tristeza, lo que se rescata es el amor que se le sintió sin buscar el atar, el sujetar o lastimar, así es que bendice su camino y déjalo ir, si crees que hay algo que hacer si fue una decisión imprudente, precipitada o incluso equivocada la razón que te llevo a la separación, se maduro y di lo siento, usa la comunicación y reconquista, pero no aferrándote,simplemente que sea la realidad y no tu mente la que te muestre en donde estas, no te rindas lucha por amor, si estas obsesionado y aferrado no te mientas ni te engañes estas siendo codependiente (ciclo de patrones de conducta, y pensamientos disfuncionales, que producen dolor, y que se repiten de manera compulsiva, como respuesta a una relación enferma y alienante, con un adicto activo o en una situación de toxicidad relacional) nada tiene que ver eso con el amor.

VIVE!!!


LA ACCIÓN MÁS PEQUEÑA,ES MEJOR QUE LA INTENCIÓN MÁS GRANDE


TRUCOS PARA COMBATIR EL ESTRÉS



Trucos para com
batir el estrés

El exceso de estrés nos impide disfrutar de las muchas cosas buenas que la vida nos ofrece, 10 trucos para conseguir eliminarlo y vivir mejor.
El estrés en principio es algo natural, la respuesta de todo organismo ante una situación de peligro que hace que segreguemos gran cantidad de adrenalina. Este tipo de estrés es el que consigue que en ocasiones extremas las personas realicen actos heroicos, como salvar gente en un incendio o poder maniobrar para evitar una colisión cuando un coche invade nuestro carril en la carretera. Pero si el estrés se perpetúa, nuestra salud peligra.

La rapidez de la vida diaria, los problemas familiares o las frustraciones logran que a veces seamos como ollas a presión demasiado llenas y hay que usar diferentes válvulas para aligerarlas. Controlando el nivel de estrés se evitan muchos problemas de salud. A continuación, diez sencillos consejos para ayudar a conseguirlo.

Combatir el estrés eliminando el insomnio
Un día estresante significa una noche en blanco o durmiendo mal. Para luchar contra el insomnio es bueno poner en la almohada un saquito de lavanda. Entre las muchas propiedades de esta bonita planta de flores moradas y aroma intenso está la de producir una intensa relajación que induce al sueño.

1. Combatir el estrés mediante la relajación
Relajarse es el primer paso para rebajar el nivel excesivo de estrés. Dos o tres veces al día hay que dedicar unos pocos minutos para hacer este sencillo ejercicio de relajación. Sentados en una silla con la columna vertebral totalmente apoyada en el respaldo y la cabeza derecha, cerrar los ojos y centrar la atención en cada parte del cuerpo: hombros, espalda, brazos, piernas, pies, etc. Se trata de relajarlas todo lo posible e ir aflojando el cuerpo como hacen los gatos cuando están en reposo.

2. Combatir el estrés solucionando los problemas
Para disminuir el estrés en el trabajo, hay que hacerse estas cuatro preguntas: ¿Cuál es el problema?¿Cuáles son las causas? ¿Qué soluciones posibles existen? ¿Cuál es la mejor solución?.

Está comprobado que este análisis razonado permite eliminar la mitad del estrés y pasar a la acción con una mayor eficacia. Escribe las preguntas en un papel y trata de darles respuesta. Te asombrará el resultado.

3. Combatir el estrés con Magnesio
Hay que aumentar el consumo de magnesio en épocas de mucho estrés. Si el magnesio se toma como complemente dietético debe ir asociado a la vitamina B6, que facilita su asimilación y su acción sobre el equilibrio nervioso.

4. Combatir el estrés mediante la risa
Una buena carcajada es la mejor manera de eliminar tensiones y hacer fluir la adrenalina. Hay que reírse a diario y tantas veces como sea posible, ya que la risoterapia es un arma muy eficaz contra el estrés. Una película, una revista, un cómic, el recuerdo de algo divertido o simplemente ponerse frente al espejo y hacer un par de muecas.

Si las muecas frente al espejo son “o” y “x” de forma exagerada y en secuencias de 12 veces para cada letra, no solamente te dará la risa viendo tu cara, estarás además efectuando una perfecta gimnasia facial que ayudará a prevenir arrugas y mejorar el óvalo facial y la papada, además de tensar los músculos pectorales en el caso de la letra “x”.

5. Combatir el estrés disminuyendo el consumo de cafeína
Debemos disminuir la cantidad de cafeína. Es cierto que resulta estimulante pero también es un excitante que nos introduce en un círculo vicioso. Es difícil suprimirla de golpe, pero sí hay que limitarla lo mas posible. Tomando café bajo en cafeína y no pasando de tres tazas diarias estaremos también contribuyendo a no aumentar nuestro estrés diario.

6. Combatir el estrés aprovechando los beneficios del chocolate
Aprovechemos las endorfinas del chocolate negro rico en vitaminas B, magnesio, hierro y oligoelementos. El chocolate resulta, además de un placer para el paladar, un elemento precioso para combatir el estrés, ya que favorece la secreción de endorfinas por el cerebro.

Las endorfinas son, para entendernos, "morfinas naturales" producidas por nuestro organismo que le proporcionan un gran bienestar. Incluso en regímenes adelgazantes está permitido tomar 100 gr. de chocolate negro -70% de cacao- a la semana, limitando naturalmente la ingestión de otros productos azucarados.

7. Combatir el estrés con zumos naturales y vitamina C
La vitamina C es una sustancia ideal para favorecer una mayor adaptación al estrés diario. Empieza el día tomando un zumo de naranja y limón recién exprimidos. Toma otro zumo a media tarde, en este caso puede ser de pomelo con una cucharadita de miel para evitar que resulte amargo.

El pomelo ayuda a aumentar los estrógenos y la miel es una buena fuente de energía. La vitamina C es un poderoso antioxidante celular y aumenta las defensas naturales del organismo. Practica la zumoterapia y mantente saludable.

8. Combatir el estrés mediante un sencillo automasaje
Cuando estamos estresados, los músculos trapecios (los que van del cuello a la espalda) se ponen rígidos por la tensión. ¿Cómo solucionarlo? Haciendo un fácil automasaje. Tomar el trapecio izquierdo con la mano derecha, cerrarla suavemente y luego relajarla en un movimiento de vaivén durante cuatro o cinco veces. Cambiar de mano y de lado haciendo el mismo movimiento.

El bienestar es inmediato, y la ventaja es que podemos efectuar este sencillo masaje, sentados frente al ordenador, en el metro, el autobús, el coche, etc., sin que además nos cueste un solo euro.

9. Combatir el estrés haciendo un poco de ejercicio
Y por último, una actividad física regular, por lo menos dos veces a la semana, ayuda a rebajar el ritmo cardíaco, disminuye la fatiga y ayuda al cerebro a liberar las endorfinas necesarias para sentirnos relajados y bien en nuestra piel.

Un buen ejercicio consiste simplemente en andar a paso rápido por un parque o cualquier espacio verde, dejando la mente en blanco y concentrándonos únicamente en la respiración. También practicar natación, footing, tenis o bicicleta, siempre y cuando sea posible y nos produzca un auténtico placer, nunca como una obligación más de las muchas que ya tenemos.

No esperéis más y poned a raya ese estrés excesivo que os pesa como una losa y os envejece, porque oxida vuestras células y os vuelve irascibles y nerviosos impidiendo que podáis disfrutar de todo lo maravilloso que la vida os ofrece a cada paso que dais.

lunes, 4 de febrero de 2013

Conoces la funcion de cada hemisferio cerebral?

Conoces la funcion de cada hemisferio cerebral?

Hemisferio Izquierdo
Hemisferio IzquierdoEl hemisferio izquierdo procesa la información analítica y secuencialmente, paso a paso, de forma lógica y lineal. El hemisferio izquierdo analiza, abstrae, cuenta, mide el tiempo, planea procedimientos paso a paso, verbaliza, Piensa en palabras y en números, es decir contiene la capacidad para las matemáticas y para leer y escribir.
La percepción y la generación verbales dependen del conocimiento del orden o secuencia en el que se producen los sonidos. Conoce el tiempo y su transcurso. Se guía por la lógica lineal y binaria (si-no, arriba-abajo, antes-después, más-menos, 1,2,3,4 etc.).
Este hemisferio emplea un estilo de pensamiento convergente, obteniendo nueva información al usar datos ya disponibles, formando nuevas ideas o datos convencionalmente aceptables.
Aprende de la parte al todo y absorbe rápidamente los detalles, hechos y reglas.
Analiza la información paso a paso.
Quiere entender los componentes uno por uno.
Hemisferio Derecho
Hemisferio DerechoEl hemisferio derecho, por otra parte, parece especializado en la percepción global, sintetizando la información que le llega. Con él vemos las cosas en el espacio, y cómo se combinan las partes para formar el todo. Gracias al hemisferio derecho, entendemos las metáforas, soñamos, creamos nuevas combinaciones de ideas.
Es el experto en el proceso simultáneo o de proceso en paralelo; es decir, no pasa de una característica a otra, sino que busca pautas y gestaltes. Procesa la información de manera global, partiendo del todo para entender las distintas partes que componen ese todo. El hemisferio holístico es intuitivo en vez de lógico, piensa en imágenes, símbolos y sentimientos. Tiene capacidad imaginativa y fantástica, espacial y perceptiva.
Este hemisferio se interesa por las relaciones. Este método de procesar tiene plena eficiencia para la mayoría de las tareas visuales y espaciales y para reconocer melodías musicales, puesto que estas tareas requieren que la mente construya una sensación del todo al percibir una pauta en estímulos visuales y auditivos.
Con el modo de procesar la información usado por el hemisferio derecho, se producen llamaradas de intuición, momentos en los que «todo parece encajar» sin tener que explicar las cosas en un orden lógico. Cuando esto ocurre, uno suele exclamar espontáneamente «¡Ya lo tengo!» o «¡Ah, sí, ahora lo veo claro!» El ejemplo clásico de este tipo de exclamación es el exultante «Eureka» (¡lo encontré!) atribuido a Arquímedes. Según la historia, Arquímedes experimentó una súbita iluminación mientras se bañaba, que le permitió formular su principio de usar el peso del agua desplazada para deducir el peso de un objeto sólido sumergido.
Este hemisferio emplea un estilo de pensamiento divergente, creando una variedad y cantidad de ideas nuevas, más allá de los patrones convencionales.
Aprende del todo a la parte. Para entender las partes necesita partir de la imagen global.
No analiza la información, la sintetiza.
Es relacional, no le preocupan las partes en sí, sino saber como encajan y se relacionan unas partes con otras.

Salud mental y malestar emocional en pacientes con cáncer

QUÉ HACER? COMO ABORDARLO?

Hoy, día 4 de febrero de 2013, como cada año, se celebra el Día Mundial contra el Cáncer. Esta enfermedad es una de las principales causas de muerte en todo el mundo; en 2008 causó 7,6 millones de defunciones (aproximadamente un 13% del total). Cada 4 de febrero, la OMS y las asociaciones contra el cáncer promueven medios para aliviar la carga mundial de la enfermedad. La prevención del cáncer y el aumento de la calidad de vida de los enfermos son temas recurrentes.

Manuel Hernández, Juan Antonio Cruzado, Carmen Prado, Emilio Rodríguez, Cristina Hernández, Miguel Ángel González y Juan Carlos Martín

Equipo de Investigación procedente de: la Universidad Complutense de Madrid, el Hospital Universitario de Basurto, el Hospital Universitario de Cruces, la Unidad de Comunicación Médica de Osakidetza y la Universidad del País Vasco

El cáncer significa hacer frente a múltiples acontecimientos estresantes: el diagnóstico, los tratamientos, los efectos secundarios, las posibles recidivas, la incertidumbre y todas las situaciones sociales y emocionales que se generan. Todo lo cual se prolonga durante meses o años. Los recursos adaptativos de las personas afectadas se ven desafiadas en muchas ocasiones, sobre todo en quiénes son más vulnerables. La prevalencia de síntomas de ansiedad, depresión y malestar emocional afecta a la mitad de las personas afectadas, y un 30% puede presentar trastornos psicopatológicos..

El malestar emocional (distress) es la experiencia emocional desagradable que afecta al funcionamiento cognitivo, conductual, social, emocional y espiritual. Es un elemento capital para valorar la salud y el bienestar de los pacientes con cáncer. El nivel de malestar emocional puede aliviarse o exacerbarse en las distintas fases o momentos del tratamiento oncológico. A lo largo del tratamiento de radioterapia se encuentra que el 63% de los pacientes presenta malestar en algún momento del proceso, y alcanza niveles clínicos hasta en un 47% de los casos.


Los factores de vulnerabilidad principales para el malestar emocional son: ser más joven, soltero, con redes de apoyo social reducidas, menor nivel educativo, psicopatología previa, dificultades para el acceso a la asistencia médica, presentar efectos colaterales negativos por los tratamientos, y un peor pronóstico médico.

La ausencia de una adecuada valoración de las necesidades psicológicas de los pacientes con cáncer, implica un mal uso de los recursos asistenciales; por ejemplo, que los sanitarios sólo envíen al paciente al psicólogo o psiquiatra, cuando ven que el paciente está severamente ansioso, deprimido, con ideación suicida, o cuando ya tiene un alto nivel malestar emocional y se manifiestan conflictos familiares, o bien, simplemente, cuando el cáncer está muy avanzado y el médico se ve en la difícil situación de comunicar a los pacientes que se han agotado los tratamientos activos.

A pesar de la alta prevalencia de trastornos psicopatológicos y de síntomas de ansiedad y depresión, y de ser el malestar emocional uno de los efectos más evidentes de tener un cáncer, la evaluación y asistencia específica a estas necesidades psicológicas, es deficitaria, de modo que aunque la mitad de los pacientes de cáncer requieren algún tipo de intervención psicológica, sólo uno de cada diez accede a ella. Las dificultades para el acceso a la atención psicológica se deben a la insuficiencia de profesionales psicooncólogos. A la que se une un déficit en la detección del malestar emocional y la derivación a los dispositivos de atención, por la falta de entrenamiento del personal sanitario, la alta presión asistencial, y la ausencia de protocolos de derivación basados en instrumentos de detección o screening del malestar emocional.


Un adecuado protocolo de screening del malestar emocional y derivación permitiría: a) que los pacientes reciban la atención psicológica desde las fases más tempranas del tratamiento médico; b) programar la atención sanitaria para los pacientes con elevado malestar psicológico sin costosos procedimientos de evaluación,  y c) reducir los costes sanitarios.

La implantación de un protocolo de screening y derivación requiere un mínimo entrenamiento para los sanitarios, y la aplicación de instrumentos breves, sencillos de aplicar, aceptados por los pacientes, que se puedan aplicar de modo continuado y que sean validos en Oncología. En la actualidad disponemos de instrumentos que cumplen todas estas características, tales como  la escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria o el Listado Breve de Síntomas (BSI-18), que pueden aplicar en 3-4 minutos. E incluso, disponemos de instrumentos más cortos que se han demostrado útiles, como son: El termómetro de Malestar Emocional (DT -Distress Thermometer); un cuestionario de una sola pregunta para valorar la depresión “¿Está usted deprimido?” de Chochinov y sus colaboradores, para la valoración de pacientes hospitalizados, y en tratamiento paliativo.

En esta línea, el profesor Bayés y sus colaboradores, demostraron que una simple pregunta sobre la percepción que tiene el paciente del paso del tiempo (largo, corto), seguida de otra sobre la razón de percibirlo así, era una forma sencilla de evaluar el bienestar o el sufrimiento percibido, a la vez que un modo de acerca­miento terapéutico a la persona evaluada. Asimismo, Jorge Maté y colaboradores han presentado un instrumento de Detección del Malestar Emocional en pacientes en la fase final de la vida.

Por nuestra parte, hemos encontrado que un instrumento ultracorto puede predecir el malestar emocional y psicopatología evaluados con la Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional (International Neuropsychiatric Interview –MINI), y criterios DSM-IV-TR, en un grupo de 235 pacientes con tipos mixtos de cáncer, al inicio del tratamiento de radioterapia. Esta herramienta -el PAD-, consiste en que el paciente responde a las preguntas “¿Está usted ansioso?”, y “¿Está usted deprimido?”, de forma simple con un Sí, o un No, a lo que se añade, una escala Likert de intensidad, con distintos puntos de corte. Con ello se obtiene una puntuación para la medida de ansiedad y otra para la depresión; se puede utilizar la puntuación global de las dos preguntas como una medida general del malestar emocional.

Es necesario implantar un protocolo de screening de malestar emocional en pacientes de cáncer en los servicios oncológicos, que permita detectar las personas que precisan intervención psicológica del modo más temprano, antes de se cronifiquen o agraven los problemas. Los métodos de evaluación psicológica actuales avalan su eficacia. La puesta en marcha del  protocolo está disponible, es sencilla, es óptima en términos coste-beneficio,  y sobre todo permite el alivio del sufrimiento, que es algo a lo que todos tenemos derecho. (*)

El artículo completo puede encontrarse en la Revista Psicooncología:

Hernández, M.; Cruzado, J.A.; Prado, M.C.; Rodríguez, E.; Hernández, C.; González, M.A. y Martín, J.C. (2012). Salud Mental y Malestar emocional en pacientes con cáncer. Psicooncología, Vol 9 (2-3), pp. 299-316.

CARTA A UN HIJO

CARTA A UN HIJO

Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor (problemas y más problemas)

Te eché la bronca porque te estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta.

Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso te levanté y te empujé violentamente para que fueras a cambiarte de inmediato.

Camino a la escuela no hablaste. Sentado en el asiento del coche llevabas la mirada perdida. Te despediste de mi tímidamente y yo sólo te advertí que no te portaras mal.

Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, te encontré jugando en el jardín. Llevabas puestos tus pantalones nuevos y estabas sucio y mojado.

Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los zapatos; que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte. Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de mi te indiqué que caminaras erguido.

Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa.

A la hora de cenar arrojé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furioso porque no parabas de jugar. Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba más ese escándalo y subí a mi cuarto.

Al poco rato mi ira comenzó a apagarse.

Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una caricia, pero no pude. Cómo podía un padre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumiso y arrepentido?

Luego escuché unos golpecitos en la puerta. 'Adelante' ... dije, adivinando que eras tú. Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación.

Te miré con seriedad y pregunté: ¿Te vas a dormir? ... ¿vienes a despedirte?

No contestaste. Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos y sin que me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente.

Te abracé ..... y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito.

Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso suavemente en la mejilla.

Sentí que mi alma se quebrantaba.

'Hasta mañana papito' me dijiste.

¿Qué es lo que estaba haciendo?

¿Por qué me desesperaba tan fácilmente?

Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta, a exigirte como si fueras igual a mí y ciertamente no eras igual.

Tu tenias unas cualidades de las que yo carecía: eras legítimo, puro, bueno y sobretodo, sabias demostrar amor.

¿Por qué me costaba tanto trabajo?,

¿Por qué tenía el hábito de estar siempre enojado?

¿Qué es lo que me estaba aburriendo?

Yo también fui niño.

¿Cuándo fue que comencé a contaminarme?

Después de un rato entré a tu habitación y encendí con cuidado una lámpara.

Dormías profundamente.

Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca entreabierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé.

Me incliné para rozar con mis labios tu mejilla, respiré tu aroma limpio y dulce.

No pude contener el sollozo y cerré los ojos.

Una de mis lágrimas cayó en tu piel. No te inmutaste.

Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio.

Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación........

algún día sabrás que los padres no somos perfectos, pero sobre todo, ojalá te des cuenta de que, pese a todos mis errores, te amo más que a mi vida.

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Descripción de la empresa
Coaching a domicilio (Madrid)

Descripción
El coach, parte de una situación de normalidad o, al menos, lo que socialmente se entiende como normalidad- y se concentra en ayudar a lograr los objetivos personales de mejora. Estos objetivos pueden buscar una nueva situación, favorecer las relaciones, mejorar habilidades concretas, desarrollar potenciales personales, asumir retos… Por ejemplo, el coaching puede ayudarte a mejorar en las relaciones con tus compañeros de trabajo, con tu pareja, ayudarte a clarificar y enfocar tu futuro profesional, etc.