A lo largo de la vida, las dos emociones más inútiles son la culpabilidad por lo que se ha hecho y la preocupación por lo que se podría hacer. Son los grandes despilfarros: la preocupación y la culpabilidad; la culpabilidad y preocupación. Al examinar estas dos zonas erróneas, te irás dando cuenta de lo conectadas que están; en realidad pueden ser vistas como los extremos opuestos de la misma zona.
X________________Presente ____________XCulpabilidad (Pasado) (Futuro) Preocupación
Ahí lo tienes. La culpabilidad quiere decir que despilfarras tus momentos presentes al estar
inmovilizado a causa de un comportamiento pasado, mientras que la preocupación es el mecanismo que te mantiene inmovilizado ahora por algo que está en el futuro y que a menudo es algo sobre lo que no tienes ningún control. Podrás ver esto con claridad si tratas de pensar en ti mismo como sintiéndote culpable de algo que aún no ha sucedido.Aunque una respuesta está dirigida al futuro y la otra al pasado, ambas sirven el mismo propósito inútil de mantenerte inquieto o inmóvil en tu momento presente. Robert Jones Burdette escribió en su obra Golden Day (El día dorado):
No es la experiencia del día de hoy lo que vuelve locos a los hombres. Es el remordimiento por algo que sucedió ayer, y el miedo a lo que nos pueda traer el mañana.
Es fácil ver ejemplos de culpabilidad y preocupación en todas partes, prácticamente en todas las personas que encontramos a nuestro paso. El mundo está poblado por personas que se sienten pésimamente por algo que no deberían haber hecho o asustados y consternados por cosas que pueden llegar a pasar. Y probablemente tú no eres una excepción. Si tienes zonas extensas de culpa y preocupación, hay que exterminarlas, limpiarlas y esterilizarlas para siempre. Sácate de encima esas pequeñas "c" y "p," que infestan tantos sectores de tu vida.
LOS ORÍGENES DE LA CULPABILIDAD
Son dos las formas básicas que toma la culpabilidad para convertirse en parte integrante del mecanismo emotivo de un individuo. La primera es la culpabilidad aprendida a muy temprana edad que queda como un residuo infantil en la personalidad adulta. La segunda es la culpabilidad que ha sido autoimpuesta por un adulto después de infringir un código al que se suscribe.1. Culpa residual:
Esta culpa es la reacción emocional que la gente Lleva consigo desde sus memorias infantiles. Estos productores de culpa son numerosos y si funcionan en el caso de los niños, la gente mayor sigue cargando con ellos en su edad adulta. Algunos de estos residuos implican amonestaciones como las siguientes:
"Papá no te va a querer si haces eso otra vez." "Deberías sentirte avergonzado por lo que has hecho.," (Como si eso te fuera a ayudar.)
"Bueno, muy bien, a fin de cuentas, yo sólo soy tu madre."
A la persona adulta las implicaciones subyacentes en este tipo de frases pueden seguir con vigencia cuando desagrada a su jefe o a otras personas que sirven como imágenes paternales y maternales.
El intento persistente de lograr el apoyo de estas figuras está presente y en consecuencia, lo mismo sucede con la culpa cuando los esfuerzos fracasan.
La culpa residual también aflora en el sexo y en el matrimonio. Es fácil verlo en los múltiplesremordimientos y en las excusas por comportamientos pasados. Estas reacciones de culpa se producenporque en la infancia el niño aprende a ser manipulado por los adultos y estas mismas reaccionespueden seguir funcionando en el hombre que ha dejado de ser niño para convertirse en adulto
2. Culpa autoimpuesta:
Esta segunda categoría de reacción culpable cubre una zona mucho más molesta. Aquí el individuo se siente inmovilizado por cosas que ha hecho recientemente pero que no tienen necesariamente que estar conectadas con algo que pasó en su infancia. Es la culpabilidad impuesta por sí mismo cuando se infringe una norma adulta o un código moral adulto. El individuo puede sentirse mal durante mucho tiempo aunque el dolor nada puede hacer para cambiar lo que ha sucedido. Entre las culpas autoimpuestas más típicas está la de haber reñido con alguien y luego detestarse por haberlo hecho; o el sentirse emocionalmente nulo debido a algo que se ha hecho como haberse ido sin pagar en un negocio, no haber asistido a la iglesia, o haber dicho algo indebido. De este modo, puedes considerar la culpa como una reacción a residuos de normas que te fueron impuestas y por las que aún estás tratando de complacer a alguna ausente figura de autoridad, o como resultado de tus esfuerzos por vivir a la altura de normas autoimpuestas que realmente no te convencen, pero sientes que debes contemporizar con ellas. En ambos casos, se trata de un comportamiento estúpido y lo que es más importante, inútil. Puedes seguir lamentándote hasta el fin de tus días, pensando en lo malo que has sido, y lo culpable que te sientes, y ni la más pequeña tajada de culpa podrá hacer algo para rectificar ese comportamiento. Se acabó tu culpabilidad es una tentativa de cambiar la historia, de desear que las cosas no fueran como son. Pero la historia es así y tú no puedes hacer nada al respecto.La culpabilidad y sus consecuencias La culpa, carente de una razón objetiva que lo justifique, crea un sentimiento de inferioridad, inhabilitando y desautorizando a la persona a la hora de mantener cualquier tipo de criterio.Síntomas de la culpa
Todos los sentimientos negativos acostumbran a estar asociados a una sintomatología concreta. En algunos casos, los que se corresponden con hechos identificables, dichos sentimientos son pasajeros y desaparecen con el tiempo. La culpabilidad interiorizada y no resuelta también tiene sus propios síntomas, que podríamos diferenciar en físicos, emocionales internos y emocionales externos
- Físicos: dolores de estómago, de cabeza o de espalda, opresión en el pecho.
- Emocionales internos: autoacusaciones, depresión, autorreproches, resentimiento, paralización, desvalorización.
- Emocionales externos: ansiedad, nerviosismo, vergüenza, desasosiego, agresividad, victimismo.
LAS RETRIBUCIONES PSICOLÓGICAS DE LA ELECCIÓN DE LA CULPABILIDAD
He aquí las razones más básicas para escoger el desperdiciar tu presente sintiéndote culpable por cosas que hiciste o dejaste de hacer en el pasado.
- Si absorbes tus momentos presentes sintiéndote culpable por algo que ya sucedió, no tendrás que emplear tu momento actual en actividades eficientes y provechosas. Simplemente, como muchoscomportamientos autofrustrantes, la culpa es una técnica de evasión que sirve para impedir que trabajes por ti mismo y en ti mismo en el momento presente. Así trasladas tu responsabilidad por lo que eres o no eres ahora a lo que eras o dejabas de ser en el pasado.
- Al trasladar tu responsabilidad hacia atrás, no sólo evitas el trabajo pesado que significa cambiarte a ti mismo ahora, sino también los riesgos que acompañan dicho cambio. Es más fácil inmovilizarse con sentimientos de culpa por los sucesos del pasado que emprender la senda llena de riesgos que lleva a crecer y desarrollarse en el presente.
- Existe la tendencia a creer que si te sientes lo suficientemente culpable, a la larga quedarás
exonerado de tu mal comportamiento. Esta retribución de perdón es la base de la mentalidad carcelaria que describimos arriba, por lo cual el preso paga sus pecados sintiéndose terriblemente mal durante un largo período de tiempo. Cuando más grande haya sido el delito, más largo será el período que se necesite para lograr el perdón.
- La culpabilidad puede ser el medio de volver a la seguridad de la niñez; un período cómodo en el que otros tomaban las decisiones en tu nombre y se ocupaban de ti. En vez de hacerte cargo de ti mismo en el presente, confías en los valores de los otros en tu pasado. Y una vez más la retribución radica en sentirse protegido del peligro de hacerte cargo de tu propia vida.
- La culpa es una manera muy útil de transferir la responsabilidad de tu comportamiento hacia los demás. Es fácil enfurecerse con los demás por la manera en que te manipulan, y trasladar el enfoque de la culpa de ti mismo hacia esas otras personas terribles que son tan poderosas que pueden hacerte sentir lo que quieran, incluso culpable.
- A menudo puedes ganarte la aprobación de la gente, incluso cuando está de acuerdo con tu
conducta, simplemente sintiendo culpa por ese comportamiento. Puedes haber hecho algo que transgreda las normas establecidas, pero al sentirte culpable estás demostrando que sabes muy bien cómo debes comportarte y que estás haciendo lo posible por adaptarte.
- La culpa es una espléndida manera de ganarse la compasión de la gente. Y no importa si el deseo de compasión demuestra claramente que tienes una pobre idea de ti mismo. En este caso prefieres que los demás sientan pena por ti en vez de amarte y respetarte a ti mismo. Ahí tienes los dividendos más notorios que podrás lograr si te aferras a la culpa. La culpa, como
todas las emociones autoanulantes, es una elección, algo que puedes controlar. Si no te gusta y prefieres deshacerte de ella para quedarte completamente "libre de culpa" he aquí algunas estrategias que te servirán para borrar por completo el pizarrón de tu culpa.
Pasos a seguir para mejorar:
Sentirse culpable limita hasta extremos que, en ocasiones, rozan la patología. Quien arrastra este sentimiento de culpabilidad parecerá culpable a los ojos de los demás aunque no lo sea, ya que su actitud ante cualquier acusación, y más si esta es grave, es muy distinta a la que sería de esperar de alguien inocente. La ausencia de una correcta autovaloración, junto a la incapacidad asertiva necesaria para afrontar esas situaciones del modo más apropiado, puede inducir a la persona a creerse realmente que merece lo que le está ocurriendo.
En general, la culpa va de la mano de una baja autoestima, dejando al individuo en un estado donde el miedo al abandono y al rechazo está siempre presente. Al no considerarse merecedor del amor termina por encerrarse cada vez más en sí mismo, culpabilizándose y buscando una liberación imposible a través de un perpetuo autorreproche, que no hace sino que aumentar la sensación de culpa y desvalorización.
La culpa también puede adquirir tintes más expansivos, buscando una pseudorredención en un diálogo –más bien un monólogo– en que el interlocutor de turno acaba agotado y el “culpable” se siente aliviado tras su representación de víctima de todo, de todos y de sí mismo. Habría que distinguir dos grandes grupos en cuanto a la gestión, y aún mejor, a la focalización de este sentimiento de culpa interiorizado. Mientras un primer grupo se siente culpable de todo cuanto sucede a su alrededor, otro grupo –más reducido– tiende a culpabilizar a los demás y al mundo en general de todos sus males y, de alguna manera, a desentenderse de la responsabilidad de sus propios actos.